Cada cuadradito de este cojín biscuit es como un día en la vida de una artesana: algunos perfectos, otros desafiantes, todos necesarios.
Elegir telas, cortar, coser, rellenar... un proceso laborioso que pocos ven pero todos aprecian al final.
Es como emprender: nadie ve las horas dedicadas a un proyecto, la contabilidad, los pedidos, el empaquetado a medianoche, las dudas solitarias... solo se ve el resultado final.
Pero en ambos casos, la satisfacción de crear algo único con tus propias manos lo compensa todo.
Precioso y que maravilla poder disfrutar de cosas únicas
ResponderEliminarBsos